La Caverna de la Luz

Hay algo depredador en la acción de hacer una foto. Fotografiar personas es violarlas, pues se las ve como jamás se ven a sí mismas, se las conoce como nunca pueden conocerse; transforma a las personas en objetos que pueden ser poseídos simbólicamente.

Susan Sontag

Manu Fernández nos muestra uno de sus muchos retratos en los que desentraña los misterios del interior humano exteriorizando las cualidades de los sujetos por medio de la naturalidad, la espontaneidad y la cotidianeidad de las personas. Sin excesos y con una elegante sobriedad, su fotografía presenta una austeridad desarraigada y privada que, sin necesidad de reflexión, impacta al espectador con una calidez singular.

Un tipo autodidacta que comenzó sus andanzas por la fotografía en 2011. En su bagaje fotográfico no sólo podemos encontrar retratos, sino también fotografía de calle que muestra de forma espontánea el pasar de tiempo, la esencia y, sobre todo, la naturaleza innata de las personas. El retrato abre sus puertas a una fotografía más privada, íntima, en la que Manu Fernández destaca por su calma y en la que crea, a su vez, una imagen nítida y palpable de aquellas miradas que se cruzan con su cámara. En su obra percibimos una tendencia a la búsqueda y al enriquecimiento que paulatinamente se ha ido asentando en todos sus retratos. Es en esta búsqueda en la que su proceso fotográfico ha tomado forma hasta alcanzar un estilo sobrio, sin excesos, que se centra por completo en la exploración del modelo. El fotógrafo tiene una perspectiva del individuo como ser social y captura las peculiaridades de los sujetos con el fin de reflejar en sus retratos aquello que ve y desearía que otros vieran. La austeridad, la espontaneidad y la claridad predominan en toda su obra dotando de una magnitud única a sus modelos y recreándose en la cotidianeidad de las personas.

Manu Fernández ha establecido un estilo único, desarraigado de la costumbre y la intensa reflexión, que ha dado paso a una creación más libre alejada del trascendentalismo inherente en nuestra época. Encierra en su cámara las intimidades del sujeto por medio de la naturalidad.

Erika M.

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