Sol Cultural

Fernando Zamanillo Peral

UNO DE LOS NUESTROS

Todas las personas que de una manera u otra han vivido de cerca estos difíciles meses de actividad, quienes han hecho posible que las charlas, los conciertos, las proyecciones, los espectáculos y las exposiciones que han conformado durante este año la programación de Sol Cultural, así como quienes le habéis dado sentido con vuestra presencia contra viento y marea, todas y todos hemos echado de menos de forma intensa el contacto directo con la calle, esta calle del Sol que pide a gritos que alguien ocupe de nuevo sus aceras, que pise otra vez sus adoquines para festejar el cambio de estación, que decore sus fachadas y farolas con pinceladas de arte, de encuentros, de sonrisas abiertas y de ciudadanía disfrutona e inquieta. Sí, esta calle, esta ciudad necesitan con urgencia reencontrarse con sus habitantes en un entorno que debe recuperar lo antes posible las señas de identidad de nuestra cultura de barrio, más necesaria y deseada que nunca.

Así lo entiende esta asociación, que lleva más de una década sacando la cultura al sol y a la intemperie, porque esa y no otra ha sido y sigue siendo su única razón de ser. Así lo entendieron quienes en su día pusieron en marcha este proyecto, y lo entendieron de forma clara y rotunda gracias entre otras cosas a personas como la que hoy queremos abrazar.

No es el ánimo de este deslavazado tributo glosar logros profesionales ni la capacidad intelectual, ni mucho menos su extensa formación académica. No es el objeto que nos ocupa esta noche el arte contemporáneo, ni el descubrimiento de talentos artísticos, ni el buen hacer dirigiendo museos o galerías de arte, ni siquiera las bondades literarias, no; todo lo que sabemos y conocemos de su trayectoria es de dominio público, a pesar de que este tiempo faltón y desmemoriado que vivimos nos enturbie la mirada hacia una de las personalidades clave para entender una buena parte de la historia reciente de Santander.

Lo que nos ocupa aquí es la persona y el compañero. Su vínculo con esta calle. Si hoy estamos aquí, mucho se debe a su buen juicio y certero instinto. Si hoy nos seguimos viendo las caras delante de un cuarteto de jazz, o de un concurso de pintura rápida, o de una comida a pie de calle, es porque en su momento confluyeron ciertos astros en el firmamento, y porque un pequeño grupo humano se puso de acuerdo. Siempre hemos tenido muy claro que la presencia, activa o a distancia de nuestro homenajeado, era determinante para mantener el espíritu de esta celebración cultural, de la que ya empezamos a perder la memoria. Y es que alguien dijo que existen dos tipos de personas en el mundo: las normales y las otras, las que quién sabe por qué provocan cosas con su sola presencia. A veces negativas, a veces polémicas. En torno a quien hoy nos ocupa siempre suele acontecer algo bueno, o al menos interesante e inspirador.

Por todo esto os pedimos indulgencia si esta tarde-noche nos levantamos la camisa y nos miramos un poquito el ombligo para reconocer a uno de los nuestros, a una persona sin cuya mirada equilibrada, tranquila y sensata no se puede entender qué es esto que llamamos Sol Cultural. Porque es de los nuestros, porque siempre está sobrevolando el ánimo de lo que hacemos, porque alrededor de su gran fisonomía surgen historias, proyectos, iniciativas. Porque desde su modestia concita acuerdos. Porque nos pone los pies en la tierra. Porque su perspectiva amplia de lo que nos rodea es privilegiada. Porque desde la calma tiene el verbo justo y la sonrisa oportuna. Porque su presencia en esta calle se siente más necesaria que nunca. Porque él es también historia y rabioso presente de la calle del Sol.

Su natural modestia se conjugaba con el afectuoso tirón de orejas que recibíamos cada vez que sugerimos entregarle este reconocimiento. Pero si algo han demostrado estos años de andadura es que Sol Cultural es persistente y obstinada frente a los elementos, y hasta los más recios baluartes han cedido a su empeño constante.

Hoy, por fin, ha llegado el día. Los portones de la ciudadela están abiertos de par en par y la embajada de Sol Cultural, encabezada por su presidente Paco Roales, se apresta a otorgar el Pin de Plata Honorífico de 2021 a uno de los nuestros: Fernando Zamanillo Peral.

Rvbicón, 19 de diciembre de 2021.