Beusual

El jurado compuesto por Alberto Iglesias, Guillermo Balbona y Marcos Díez ha realizado la siguiente selección relatos que aparecerán en la edición del libro de Micro-Relatos 2018 que publicaremos el próximo año.

Música de Rafael Fuentes Pardo (Madrid)
Descalificado de Calamanda Nevado (Ciudad Real)
La llamada de atención de Juan Francisco Núñez Parreño (Albacete)
Juegos acuáticos de Paloma Casado Marco (Cantabria)
Alicia de Maximiliano Jarque Blasco (Valencia)
Identidad de Miguel Ángel Moreno Cañizares (Cantabria)
El juicio final de Susana Revuelta Sagastizábal (Cantabria)
Esperando a Alucard de María José Escudero Cueva (Cantabria)
Me hubiera gustado el variadito veraniego de Silvia Vega Revuelta (Cantabria)
El roce hace el cariño de Vicente Pérez Masedo (Madrid)
Sin título de Noelia Fernández Rouco (Cantabria)
Solo con receta de Marta Adán González (Cantabria)
31 de diciembre de Ana Chacón Marín (Madrid)
La espera de Paloma Rodríguez Marcos (Cantabria)
Vecinos de Raúl Clavero Blázquez (Madrid)
Escondite de Raúl Clavero Blázquez (Madrid)
Sin título de Pablo Escobedo Peña (Cantabria)
Desenfocado de Mar Ruiz de Pellón (Cantabria)
Fragilidad de Abel Rodríguez Barragán (Barcelona)
Zona de confort de José Miguel García Navarro (Cantabria)
De pérdidas y reposiciones de Gustavo Eduardo Green Sinigaglia (San Antonio. Argentina)
Perdido sobre el puente de Sergio Daniel Gaut vel Hartman (Buenos Aires. Argentina)
La sombra del dinosaurio de Luis San José López (Madrid)
La tuerta de Luis San José López (Madrid)
Lucía de José Antonio García Villalta (Málaga)
Encantada de Josu Díaz García (Guipúzcoa)
Desde allá de Juan Pablo Goñi Capurrro (Buenos Aires. Argentina)

 


 Primer premio
Vecinos
Raúl Clavero Blázquez (Madrid)

Nos acabábamos de mudar y no teníamos nada en la nevera. Por suerte, el vecino del cuarto izquierda nos trajo un bizcocho de bienvenida. Estaba delicioso y nos lo comimos entero. Quedamos tan saciados que tuvimos que tirar el bizcocho a la basura. Inspirado en la fotografía “Sin Título», de Miriam Alonso Fernández


Segundo premio
Desde allá
Juan Pablo Goñi Capurrro (Buenos Aires. Argentina)

Madame Saiamara pronunció una larga frase ante el espejo, en una lengua incomprensible para el matrimonio Selford. Al terminar, en el espejo apareció la rosada mano de Etelvina. La señora Selford ahogó un grito; su esposo, rígido, resistía la versión de sus ojos. Los dedos juveniles se movieron, golpeando como quien llama a una puerta. Saiamara canturreó con voz grave, intercalando vocales abiertas. Los dedos se agitaron. La señora Selford no se atrevió a tocar el vidrio, temiendo que el brazo de su hija menor se esfumara. Su marido rogó que la médium fuera una estafadora. La mano continuó golpeando desde el interior del espejo unos minutos; luego desapareció. La señora Selford abrazó llorando a su marido; Madame Saiamara pidió disculpas por no haber logrado más. El señor Selford celebró que su cómoda hija nunca hubiera aprendido el lenguaje de señas; su secreto continuaba a salvo. (Tema: 2º. Basado en foto “Fotografía sin título”, de Zaida Salazar)


 Tercer premio
La Tuerta
Luis San José López (Madrid)

Mi vecina no tenía bastante con una mirilla tradicional. Tuvo que encargarse una especialmente grande para su único ojo. Era un ojo de cíclope, insomne y alcahuete que registrabatodos los movimientos de la comunidad con el rigor y frialdad de un taquígrafo. Normalmente me lo tomaba a guasa y me paraba de vez en cuando frente a su puerta para hacerle muecas, pero aquella madrugada estaba yo con los cables cruzados. El últimopeldaño del rellano delató mi presencia con un profundo quejidoy sentí su mirada en mi cogote. Me giré lentamente, cogí la llave más larga, la más fría, la más dura, y la introduje violentamente por la mirilla. Otro quejido prolongado se escuchó del otro lado y la baba pringosa de un caracol comenzó a resbalar por la puerta. Me di la vuelta, limpié la llave en mi pernera, abrí mi puerta y volvió el silencio.


Finalista
EL JUICIO FINAL
Susana Revuelta Sagastizábal (Cantabria)

Sigilosas como siempre se deslizan las sombras que habitan debajo de nuestras camas. En los espejos, los espectros arañan con afán la superficie, intentando resquebrajarla para escapar. Los fantasmas atraviesan las paredes de las casas luciendo sus mejores sábanas, las de satén, como Dios manda. Angelitos con alas de plumón y mofletes sonrosados, recién venidos del limbo, juegan con los peluches de sus cunas sin estrenar.
Por los bosques deambulan almas en pena, espíritus malignos que tiznan el suelo por donde pasan y esqueletos. Del purgatorio llegan ánimas desorientadas preguntando si es aquí la ceremonia. Poco a poco van despertando los que duermen el sueño eterno y la tierra se va cubriendo de cenizas milenarias.
A la hora en punto se pasa lista. No falta nadie.
Y que precisamente en un día tan solemne como hoy el arcángel trompetista se ponga a desafinar, ¿no es como para matarlo?


Finalista
DE PÉRDIDAS Y REPOSICIONES
Gustavo Eduardo Green Sinigaglia (San Antonio. Argentina)

Estornudó con fuerza y en el pañuelo quedó su nariz.
Debió correr hacia el espejo del baño para poder acomodarla en su exacto lugar.
Ese fue el primero de los indicios de que algo no andaba del todo bien.
Al mes siguiente, al descalzarse, su pie izquierdo quedó atrapado dentro del zapato.
Cada día el problema tendía a agravarse.
Doble esfuerzo le costó encontrar los anteojos que se llevaron pegados los dos ojos.
Al intentar saludar al médico notó que su brazo derecho había quedado colgado,
junto con su saco, en el perchero de la sala de espera.
Un extraño virus- opinó el doctor y le recetó goma de mascar y bebidas cola.
Se volvió radicalmente obsesivo en el control de cada una de sus acciones.
Sin embargo, a pesar de sus precauciones, nunca pudo saber en que imperceptible
movimiento perdió la cordura.

 


 

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